Batracomiomaquia.

Tal vez te dibujaré con mis plumones un bosque tropical, dunas paradisíacas, montañas asoleadas, de tinta sabor café, no te gusta lo sé, no tienes que lamer el cuadro. Será de el, un tu en la fresca pared, de color champagne, hoy las torturas las prefiero psicológicas.

Diario de una vida diaria.

Casa en construcción: De loseta azul en tu recámara, cortinas de terciopelo perfumadas con mi cuello, para cuando pierdas la cordura halles consuelo; colgarte mil y un focos en cada pared, focos no comunes, que se activan cuando surge una brillante idea, como las tardes en las que perforabas mi sien, focos que se activan y te llenan de recuerdos, memorias que posees al poner la mesa, colocar las servilletas y sorberme.
Colocaré ventanas con vidrio de azúcar, alacena que coleccione tus pestañas, y tus miradas en el especiero.

Acá hay algo que le interesa.

Podría pasar el resto de mi existencia intentando olvidar, reproducir, y volver a analizar el actuar de las personas que se han ido, como llegaron, estuvieron o solo se presentaron, podría seguir anotando nombres, fechas, números telefónicos, ó podría revisar mis agendas y hacer correcciones, mejor dicho acotaciones, para revertir un suceso, ó sólo la muerte.

Poder y sus conjugaciones, pero mi pesar, dolor craneal y del órgano corazón, pesan mas sobre mis ganas.

Escupitajo.


Yo no sé volar en tu cielo.

El sueño me vence, me arropa, me mece, una, dos, tres horas y no más, no me he recuperado pero estos párpados obstinados inducen al cuerpo a precipitarse fuera de la cama, siento mis extremidades estar inquietas, todo, todo, menos yo, está activo, busco la manera de volver debajo de las cobijas, enrollarme con las sábanas, y un boleto al tren de lo sueños aferrandose a mis dedos; es tarde, va de arriba a abajo, caminando a prisa, yo desahuciada, tranquila, quiero quedarme, disminuirme y perder, a ti, el tiempo, mi fe. Ella se va, ellas siguen, atentas, llenas de vida, yo me detengo en la puerta, retrocedo y apago el interruptor de luz, vuelvo a la cama, vuelvo a intentar dormir, un poco mas, unos segundos aparte.

A veces una bestia prepotente.

Porque no puedo escribir realidad, si lo hiciera esto sería nada, si lo hiciera sería física y abrumadora, si lo hiciera dejaría el camino al autoperdón, porque ser real, para mi, no es vivir, ser real es solo respirar sin sentir, sin sentimiento la sangre no es cálida, sin pasión las flores serán amargas, y con todo lo antes mencionado se constituye el alma. Si escribiese realidad, hablaría de discriminación, de los opresores y los oprimidos, de "crimenes" sin causa, describiría tal cual al humano cualquiera, ¿te imaginas?, ¿me imaginas?, entonces bien, esto no es un intento por evadir realidad, tengo claro que el suelo que piso no es precisamente utópico y, no podría decir simplemente, sino todo lo contrario, lo puesto aquí es una de las varias complejas y distorsionadas vistas de su realidad, es suya porque la hicieron física, mia porque por ahora no puedo arrancarme los ojos, ni la piel, no aún.